Días naturales: Diferencias con los días laborables y su impacto en el cálculo de plazos

«-¿Cómo llevas la documentación para la convocatoria de ayudas para el Plan de Movilidad al Transporte en la empresa? 

-Bien. Hemos avanzado y aún tenemos tiempo.

-Eran 30 días naturales desde el lanzamiento de la convocatoria, ¿no? Entonces nos quedan solo dos días…

-Mmm… No sé. Era como siempre, ¿no? Yo tengo calculado que aún tenemos seis días más de plazo.

-No. La convocatoria especificaba que eran 30 días naturales desde el día siguiente a la publicación en el BOE. Solo nos quedan dos días.»

¿Sabías que un simple error en la interpretación de los días naturales puede costarle a tu empresa la oportunidad de acceder a una subvención de miles de euros? ¿O de postularse a la adjudicación de un contrato millonario? Este diálogo ilustra la importancia de comprender qué son los días naturales, las diferencias con los días laborables y su impacto en el cálculo de plazos. 

La confusión entre ellos puede ser problemática y tener graves consecuencias por no cumplir los plazos requeridos. Comprender y diferenciar estos términos es crucial al afectar directamente a los trámites relacionados con plazos administrativos, vacaciones o permisos, entre muchos otros aspectos.

¿Qué son los días naturales? ¿Y los laborales? ¿Por qué es importante distinguirlos? ¿Cómo se cuentan los días naturales? ¿Qué pasa si un plazo termina en festivo? ¿Cómo afectan a tus derechos laborales? Y los días hábiles, ¿en qué consisten? Si tienes dudas sobre estos  tres términos y su repercusión en el cálculo de plazos, sigue leyendo.

En este artículo, vamos a responder a estas y otras muchas preguntas que te evitarán problemas. No dejes que un malentendido sobre días naturales, laborales y hábiles te juegue una mala pasada, poniendo en entredicho tu profesionalidad y la de tu organización.

¿Qué son los días naturales?

Los días naturales son todos los días del año, es decir, un total de 365 días, o 366 en años bisiestos. Incluyen todos los días de la semana. Cada jornada del calendario se suma como un día natural, por lo que abarcan desde el lunes hasta el domingo.

Este término es crucial en muchos ámbitos, como el legal y el administrativo, ya que se utiliza para calcular plazos y fechas límite. En el ámbito empresarial, por ejemplo, afecta a las vacaciones y permisos. En trámites burocráticos, como las convocatorias de subvenciones, también se emplea para fijar los plazos de vencimiento. 

Para evitar situaciones como la del diálogo inicial, es esencial entenderlo y, así, evitar confusiones en la gestión de trámites y obligaciones.

¿Cómo se cuentan los días naturales?

Para interpretar mejor el significado de los días naturales, lo mejor es verlo con un ejemplo. Supongamos que tenemos una convocatoria de subvenciones cuyo texto detalla:

• Plazo de presentación de solicitudes: 20 días naturales, contados a partir del día siguiente a la publicación del extracto en el BOE. 

En este caso, las personas encargadas de presentar la documentación deberán tener en cuenta que si la convocatoria se ha publicado un 6 de septiembre, el  plazo de presentación se inicia el 7 de septiembre y, por tanto, el último día para poder postular a estas subvenciones será el 26 de septiembre.

Como hemos podido ver en este ejemplo, el cálculo incluye todos los días. Sin excepción alguna. ¿Fines de semana? Suman. ¿Festivos? También. En los días naturales, el calendario no descansa.

Días naturales vs. días laborables 

En el cálculo de plazos, no obstante, es fundamental diferenciar los días naturales de los días laborables, ya que cada uno tiene su propia definición e incidencia. Mientras que los días naturales son todos los días del año, los días laborables son aquellos en los que se trabaja. De forma generalizada, los días laborables van de lunes a viernes, excluyéndose los fines de semana.

Sin embargo, en la práctica, muchas empresas contemplan los sábados y los domingos como días laborables. Ocio, Restauración y Hostelería son buenos ejemplos de ello, y es una práctica que, además, debe quedar reflejada de forma específica en los contratos de trabajo de los empleados que trabajan los fines de semana. 

¿Es común utilizar los días laborables a la hora de calcular plazos?  Aunque en el ámbito laboral es habitual usarlos para cuestiones como las vacaciones, no se emplean en los trámites administrativos

A simple vista podría parecer lógico usarlos, pero utilizar los días laborables en el ámbito legal y burocrático puede generar interpretaciones erróneas. Algunas de las razones que dan lugar a problemas son:

• Definición variable: El principal motivo es que la definición de «días laborables» puede variar significativamente según la empresa, sector o incluso el convenio colectivo que aplique. 
• Confusión y desigualdad: Usar «días laborables» para plazos administrativos generaría confusión, ya que un día laborable para una empresa podría no serlo para la administración. Los ciudadanos podrían llegar a una oficina cerrada si su sábado es laborable. Además, esto también crearía desigualdad, ya que el plazo efectivo variaría según la jornada laboral de cada persona.

Para evitar confusiones en el cálculo de plazos se utilizan los “días hábiles”. Este concepto aporta seguridad jurídica al estar claramente definidos por ley y ser uniforme para todos, lo que facilita el cálculo de los plazos y evita malentendidos o posibles abusos. Pero, ¿qué son los días hábiles?

Días hábiles, ¿qué son?

Los días hábiles, según la legislación española, son aquellos que van de lunes a viernes, exceptuando los días festivos nacionales, autonómicos o locales. Esta definición, establecida por la Ley 39/2015, es crucial en el ámbito administrativo y judicial porque los días hábiles son los que se suelen utilizar a la hroa de determinar los plazos para realizar trámites, presentar recursos o cumplir con obligaciones legales.

La normativa, en su artículo 30.2, establece que la Administración Pública utiliza los días hábiles para el cómputo de plazos, salvo que la ley o el Derecho de la Unión Europea especifique lo contrario. En concreto, dice:

“Siempre que por Ley o en el Derecho de la Unión Europea no se exprese otro cómputo, cuando los plazos se señalen por días, se entiende que éstos son hábiles, excluyéndose del cómputo los sábados, los domingos y los declarados festivos.

Cuando los plazos se hayan señalado por días naturales por declararlo así una ley o por el Derecho de la Unión Europea, se hará constar esta circunstancia en las correspondientes notificaciones.”

De este modo, la Ley 39/2015, que sustituyó a la anterior ley 30/92, aporta una mayor seguridad al unificar los criterios en todas las administraciones públicas y autonomías. Además, las administraciones públicas están obligadas a publicar anualmente su calendario de días inhábiles, que incluye festivos nacionales, autonómicos y locales.

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Impacto de los días naturales en el cálculo de plazos

Días naturales, días laborables y días hábiles. Ya hemos explicado qué es cada uno de estos tres términos que, si no se entienden correctamente, pueden generar problemas en el día a día de las empresas en el cálculo de los plazos. 

Los días laborables, como hemos visto, no generan problemas en trámites administrativos al no utilizarse por su ambigüedad. En cuanto a los días hábiles, estos son los más comunes en los trámites con la administración pública, siempre que no se especifique lo contrario. 

El concepto de “días naturales”, por su parte, es bastante común tanto en los trámites administrativos como en el día a día de las empresas. Entonces, ¿cómo podemos evitar confundirnos entre ellos? 

La clave es leer bien los contratos, leyes, notificaciones… Nunca se debe dar nada por sentado, ya que son conceptos completamente diferentes y con repercusiones directas. En los días naturales, insistimos, el tiempo no se detiene. En los laborables y hábiles, con sus matices, sí.

Días naturales en el ámbito laboral

En el ámbito laboral, por ejemplo, las empresas pueden establecer las vacaciones de los empleados teniendo en cuenta tanto el concepto días naturales o días laborables. Según el Estatuto de los Trabajadores, los empleados deben realizar unas vacaciones de un mínimo de 30 días naturales al año o su equivalente en días laborables, que son 22. 

En función de una u otra terminología, el empleado escogerá sus vacaciones. Si, por ejemplo, se rige por días naturales, el empleado deberá tener en cuenta los fines de semana y festivos. En el caso de querer librar durante toda la semana del Puente de Diciembre de este año (del lunes 2 de diciembre al domingo 8 de diciembre), cayendo los festivos 6 y 8 en viernes y domingo, respectivamente, tendríamos la siguiente situación:

1. Días naturales. El trabajador deberá cogerse los siete días de vacaciones (lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo). 
2. Días laborables. En este segundo caso, el empleado solo se cogería 4 días de vacaciones (lunes, martes, miércoles y jueves)

Cuándo un familiar es hospitalizado, ¿el permiso por hospitalización se acoge a días hábiles o naturales? La Audiencia Nacional respondió recientemente a esta pregunta y el Real Decreto Ley 5/2023 lo ha recogido al especificar que este permiso por enfermedad, accidente u hospitalización de familiares debe considerarse como días laborales y no naturales. Antes de esta actualización, este permiso los contemplaba como días naturales, lo que generaba confusión y malentendidos.

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Consejos para evitar errores con los plazos

Para evitar confusiones en el cálculo de plazos, especialmente en trámites administrativos, es recomendable seguir una serie de consejos para evitar caer en errores. Algunos de ellos, y que ya hemos visto, son: 

• Diferenciar entre días hábiles, naturales y laborables

• Días naturales: Son todos los días del año, incluyendo fines de semana y festivos. Se cuentan los 365 días, o 366 en años bisiestos..
• Días laborables: Hacen referencia a los días en que se trabaja, generalmente de lunes a viernes. Sin embargo, la definición exacta varía según el sector, la empresa o el convenio colectivo.
• Días hábiles: Se consideran para el cómputo de plazos en la administración pública. Son de lunes a viernes, exceptuando los festivos nacionales, autonómicos o locales. 

• Consultar el calendario de días inhábiles

Cada año, el Ministerio de Política Territorial y Función Pública publica en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el calendario de días inhábiles para todo el país y cada comunidad autónoma hace lo propio en su territorio. Es importante revisarlo para conocer los festivos nacionales, autonómicos y locales que pueden afectar el cómputo y cálculo de los plazos.

• Utilizar herramientas de planificación:

El uso de soluciones digitales, como los calendarios, facilitan la visualización y configuración de días hábiles y naturales. De esta forma, es posible ver los plazos y evitar confusiones. Es importante mantener los calendarios actualizados y programar recordatorios para no olvidar los plazos y fechas límite.

Si eres un profesional de los Recursos Humanos, con Factorial amplías las posibilidades de planificación en todo el departamento. Puedes configurar alertas y recordatorios, y si una persona deja la empresa y no ha disfrutado de todas sus vacaciones, podrás calcular los días proporcionales que le corresponden automáticamente.

• Actuar con antelación

Es recomendable no dejar los trámites para el último día. Acudir con tiempo a la administración o hacer las gestiones online permite resolver cualquier imprevisto, como la necesidad de presentar documentación adicional o corregir errores.

• Consultar la normativa

Si existen dudas sobre el cómputo de un plazo, hay que consultar la normativa específica que regula el procedimiento. En los administrativos, la referencia principal es la Ley 39/2015. Cuando se trata de unas ayudas públicas, hay que ir a la convocatoria de su publicación.

En temas de plazos, más vale prevenir. No entender las diferencias entre días naturales, laborables y hábiles puede salir muy caro. Desde sanciones económicas, consecuencias legales a la pérdida de subvenciones, tomar decisiones basadas en una interpretación incorrecta nunca es una buena decisión.

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