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Lista de enfermedades para incapacidad permanente: condiciones que dan derecho a la pensión

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7 minutos de lectura
Lista de enfermedades para incapacidad permanente

El Congreso de los Diputados ha dado un paso histórico. El pasado 10 de octubre, se aprobó por unanimidad la ley ELA, una normativa que busca mejorar la vida de las personas afectadas por la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y otras enfermedades neurodegenerativas graves. Este avance representa un hito importante en el reconocimiento de una de las patologías que, con frecuencia, culmina en  incapacidad permanente.

Con esta noticia de contexto, es un buen momento para reflexionar sobre las enfermedades que pueden dar derecho a una incapacidad permanente. A fecha 1 de septiembre de 2024, España contaba con más de 2,57 millones de personas recibían una pensión por algún tipo de incapacidad permanente, según datos de la Seguridad Social.

Dada la relevancia social y económica que tienen las pensiones por incapacidad permanente, es necesario aclarar algunas de las dudas más comunes: ¿Existe una lista oficial de enfermedades para la incapacidad permanente? ¿Cuáles son los requisitos para solicitar la pensión? ¿Qué pasos hay que seguir para solicitar una pensión por incapacidad permanente?

Tabla de contenido:

¿Qué es la incapacidad permanente?

La incapacidad permanente es una situación reconocida por la Seguridad Social que certifica que un trabajador sufre limitaciones graves, tanto anatómicas como funcionales, que reducen o eliminan su capacidad para desempeñar su trabajo habitual. Enfermedades, accidentes o deterioro de la salud son algunos de los motivos que pueden originar esta incapacidad.

Sin embargo, estas patologías no causan siempre el mismo grado de incapacidad. Por ello, cada uno con unas características específicas para determinar el nivel de afectación y las prestaciones correspondientes:

  • Incapacidad permanente parcial: Este grado se otorga cuando el trabajador puede seguir desempeñando su profesión, pero con ciertas limitaciones. Esta situación reconoce un grado mínimo de discapacidad del 33%
  • Incapacidad permanente total: Se considera que un trabajador tiene incapacidad total cuando no puede realizar su trabajo habitual, aunque puede dedicarse a otras actividades laborales. Al suponer una mayor limitación con respecto a la parcial, permite acceder a una pensión que cubre la pérdida de ingresos.
  • Incapacidad permanente absoluta: Este grado se concede a aquellos trabajadores que están completamente incapacitados para realizar cualquier tipo de trabajo. La persona afectada, que no puede desempeñar ninguna actividad laboral, tiene derecho a una pensión más elevada para garantizar su sustento.
  • Gran invalidez: Este es el grado más severo de incapacidad permanente y se otorga a quienes, además de estar totalmente incapacitados para trabajar, requieren asistencia de otra persona para realizar actividades básicas de la vida diaria. La pensión en este caso es la más alta al reconocer la necesidad de apoyo adicional.

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¿Qué enfermedades te dan la incapacidad permanente?

Contrario a lo que muchos creen, no existe una lista oficial única de enfermedades que causen incapacidad permanente. La razón es simple: la incapacidad no se reconoce solo por la enfermedad en sí, sino por cómo dicha patología afecta la capacidad laboral de un trabajador

Una lesión en la mano, por ejemplo, puede ser incapacitante para un cirujano. Sin embargo, esa misma lesión podría no afectar tanto a un profesor. Precisamente porque cada caso es particular, no es posible crear una lista cerrada de enfermedades que den automáticamente derecho a una incapacidad permanente.

No obstante, la experiencia ha puesto de manifiesto que hay una serie de enfermedades comúnmente reconocidas, tanto por vía administrativa como judicial, como potencialmente incapacitantes. Estas pueden incluir enfermedades crónicas, físicas, psíquicas, intelectuales y sensoriales que, de un modo u otro, afectan a la vida diaria y laboral de las personas.

Según una clasificación por categorías de enfermedades, y teniendo en cuenta que unas pueden interactuar con otras, la lista de enfermedades para incapacidad permanente podría ser la siguiente:

  • Aparato locomotor: Patologías como la artritis reumatoide severa, espondilitis anquilosante, artrosis  o lesiones graves de columna pueden limitar la movilidad y la capacidad para realizar trabajos físicos.
  • Sistema nervioso: Enfermedades como la esclerosis múltiple, Parkinson, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y accidentes cerebrovasculares afectan gravemente la coordinación y la funcionalidad de las personas, pudiendo llegar a imposibilitar hacer cualquier trabajo. 
  • Enfermedades mentales: Trastornos como la depresión severa, trastorno bipolar o la esquizofrenia también pueden limitar la capacidad de concentración y el rendimiento laboral.
  • Enfermedades crónicas: Condiciones como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), fibrosis pulmonar avanzada, insuficiencia renal y enfermedades cardíacas son algunas de las que también influyen en la capacidad física y la resistencia de los afectados.
  • Enfermedades oncológicas: Cánceres en estadios avanzados o con secuelas incapacitantes.

Tipos de ERPS- Lista de enfermedades por incapacidad permanente

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Requisitos para obtener la pensión por incapacidad permanente

Para obtener la pensión por incapacidad permanente, es necesario cumplir con una serie de requisitos generales y específicos. En primer lugar, los solicitantes deben tener entre 18 y 65 años, y residir en España durante un periodo mínimo de cinco años, de los cuales al menos dos deben ser consecutivos. Además, es imprescindible estar afiliado a la Seguridad Social y haber cotizado el tiempo requerido.

Sobre los requisitos específicos de cotización, estos varían según la causa de la incapacidad. Si esta deriva de un accidente (laboral, no laboral o de una enfermedad profesional), no se exigen cotizaciones previas para acceder a la pensión. En el caso de que la incapacidad se deba a una enfermedad común, sí que requiere un período mínimo de cotización:

  • Incapacidad permanente total: Para acceder a esta pensión, los requisitos son no tener la edad de jubilación, estar afiliado y en alta o situación asimilada, y tener un período previo de cotización (1.800 días en los 10 años anteriores si es por enfermedad común).
  • Incapacidad permanente absoluta: Para esta pensión, existen varias posibilidades. 
    • Si el trabajador está en situación de alta y es menor de 31 años, debe haber cotizado la tercera parte del tiempo transcurrido entre los 16 años y el hecho causante. 
    • En el caso de tener más de 31 años o más, será  un cuarto del tiempo transcurrido entre los 20 años y el hecho causante, con un mínimo de 5 años. Si el trabajador está en situación de no alta: 15 años de cotización, con 3 años en los últimos 10.
  • Gran Invalidez: Exige un mínimo de 3.600 días de cotización a lo largo de la vida laboral, aproximadamente 10 años de trabajo. Este requisito de cotización es independiente de si la incapacidad es consecuencia de un accidente laboral o de un accidente no laboral.

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Además de estos requisitos, la presentación de un reconocimiento médico es esencial para determinar el grado de incapacidad. La decisión final dependerá de un Tribunal Médico encargado de examinar exhaustivamente cada caso particular.

Tipo de pensiones por incapacidad

Cómo solicitar la pensión por incapacidad permanente

Solicitar una pensión por incapacidad permanente puede parecer abrumador. De hecho, lo es, ya que implica seguir una serie de pasos administrativos que pueden dificultar el proceso. El primero es presentar la solicitud formal ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o el Instituto Social de la Marina (ISM), según corresponda.  Esta solicitud debe ir acompañada de documentación médica y el historial laboral. 

Una vez presentada la solicitud, se llevará a cabo una valoración médica por parte de un equipo especializado, que evaluará el grado de discapacidad y la capacidad laboral del solicitante. El plazo para la resolución de la solicitud es de un máximo de 135 días.

Durante este tiempo, la Seguridad Social emitirá una decisión que puede ser la concesión de la pensión, la denegación o, en caso de no recibir respuesta en el plazo establecido, se considerará un silencio administrativo negativo, lo que implica que la solicitud ha sido desestimada.

Si la solicitud es denegada, no hay que desanimarse. Se tiene derecho a recurrir la decisión y presentar una reclamación en el plazo de 30 días desde la notificación. Si esta también es rechazada, también es posible acudir a la vía judicial. 

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Cuantías de la pensión por incapacidad permanente

Las cuantías de la pensión por incapacidad permanente varían según el grado de incapacidad reconocido y la base reguladora del afectado: 

  • Para la incapacidad permanente parcial, se otorga una indemnización a tanto alzado, equivalente a 24 mensualidades de la base reguladora. 
  • En el caso de la incapacidad permanente total, se percibe el 55% de la base reguladora, que se incrementa en un 20% a partir de los 55 años. 
  • Para la incapacidad permanente absoluta, la pensión es del 100% de la base reguladora
  • Además, aquellos que sean reconocidos con gran invalidez recibirán un complemento adicional, que se suma a la pensión correspondiente para cubrir las necesidades de asistencia de terceros.

Las pensiones por incapacidad permanente absoluta y gran invalidez están exentas de retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Extinción y revisión de la pensión por incapacidad permanente

La pensión por incapacidad permanente no siempre es para toda la vida. Existen situaciones que pueden llevar a su extinción o revisión, como alcanzar la edad de jubilación (reconocimiento de la pensión de jubilación), el fallecimiento del beneficiario o la mejoría en el estado de salud.

Por ello, la Seguridad Social revisa periódicamente la incapacidad, generalmente cada dos años, aunque la frecuencia puede aumentar si se considera necesario. El objetivo es garantizar que las pensiones se ajusten al estado de salud real del beneficiario.

Como hemos señalado, la lista de enfermedades para incapacidad permanente no es un catálogo cerrado. Cada caso es único y se evalúa individualmente. Al final, lo que determina es cómo una enfermedad afecta a las opciones de trabajar. Es un derecho diseñado para proteger a las personas que, tras sufrir una enfermedad o una lesión, tienen limitaciones que les impiden hacer su trabajo con normalidad. Si crees que tienes una enfermedad incapacitante, no dudes en consultar con expertos e iniciar el proceso de solicitud.

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En el caso de las bajas laborales es importante contar con un sistema claro y sencillo. Los responsables de recursos humanos deben definir los flujos para la solicitud de las bajas laborales. Por su parte, los managers y líderes de equipo deben encargarse de aprobar y gestionar las bajas laborales.

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