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Tasa interna de retorno (TIR): ¿Qué es y cómo se calcula?

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5 minutos de lectura
Tasa interna de retorno (TIR): ¿Qué es y cómo se calcula?

Tu empresa está en plena fase de crecimiento y crees que ha llegado el momento de expandir el negocio. Sobre la mesa, tienes varias opciones de inversión. ¿Vas a apostar por ese proyecto de Inteligencia Artificial (IA) que tu antiguo socio te ha comentado? O, por el contrario, ¿te vas decantar por desarrollar una nueva línea de productos? Tal vez, la mejor opción sea invertir en maquinaria de última generación, optimizar costes y mejorar eficiencias.

¿Cómo saber cuál de ellas será la inversión más rentable? ¿Qué recursos tenemos a nuestra disposición para evaluar si una inversión realmente valdrá la pena? Entre los disponibles, el cálculo de la Tasa Interna de Retorno (TIR) es el que nos va a ayudar a conocer la rentabilidad potencial de un proyecto y a compararlo con otras oportunidades de inversión. 

¿Quieres minimizar riesgos y conseguir la máxima rentabilidad en tus inversiones? Sigue leyendo, te desvelamos cómo calcular la TIR te va a ayudar a identificar las inversiones que prometen los mayores beneficios.

Tabla de contenidos:

¿Qué es la Tasa Interna de Retorno (TIR)?

«La Tasa Interna de Retorno (TIR) es la tasa de descuento que hace que el Valor Actual Neto (VAN) de unos flujos futuros sea igual a cero». Esta definición técnica extraída de diferentes libros de Economía seguro que te ha dejado igual que al principio. Sin embargo, lejos de este lenguaje grandilocuente y complicado de los economistas, la TIR es un concepto mucho más sencillo de entender.

En concreto, la TIR es el valor que indica cuánto puede rendir el dinero en cualquier inversión futura. Si la tasa interna de retorno es alta, la inversión generará buenos rendimientos. Si es baja, tal vez sea mejor buscar otras alternativas más rentables.

Debido a la información que suministra es un término financiero de vital importancia en el mundo de los negocios. La TIR nos va a ayudar a tomar mejores decisiones a la hora de invertir nuestros recursos, identificando si un proyecto es viable y si generará los beneficios suficientes para justificar la inversión inicial. 

Asimismo, nos aportará información acerca de cuál es el tipo de interés que debemos lograr para que la rentabilidad obtenida con la inversión sirva para cubrir todos los costes de la misma.
Software gastos Factorial

¿Cómo se calcula la Tasa Interna de Retorno?

En la actualidad, el cálculo de la TIR es muy sencillo gracias a la existencia de software de contabilidad y a los programas de hojas de cálculo que, como Excel, incorporan una función específica para ella. Sin embargo, es conveniente saber cómo se realiza este cálculo de forma manual para entender mejor su significado y sus implicaciones.

El proceso manual implica utilizar la fórmula del Valor Actual Neto (VAN) e igualarla a cero, sustituyendo la tasa de descuento por la incógnita TIR. La fórmula es:

Con un ejemplo, lo vamos a ver más claro. Imagina que una empresa de energía solar está pensando en invertir en un nuevo proyecto de paneles solares. La inversión inicial es de 100.000 euros y, según sus previsiones iniciales, los responsables esperan generar unos flujos de caja anuales de 30.000 euros durante los próximos cinco años.

 

 VAN=-100.000+30.000(1+r) +30.000(1+r)2+30.000(1+r)3+30.000(1+r)4+30.000(1+r)5=0

 

Esta ecuación, como hemos dicho, se puede resolver de una forma muy sencilla utilizando una calculadora financiera, una hoja de cálculo o un software contable. Con su uso, obtendremos que la TIR de este proyecto es del 15%.

Cómo interpretar la TIR

Este proyecto, según las estimaciones iniciales, generará un retorno del 15% anual. Este porcentaje se puede comparar con la tasa mínima de rentabilidad que un empresario establece a la hora de invertir en cualquier proyecto. 

En este ejemplo y teniendo en cuenta que el empresario exige una rentabilidad mínima del 10%, el proyecto de inversión debería ser aceptado porque la tasa de rendimiento interno supera la rentabilidad mínima exigida. La inversión promete generar más valor del mínimo exigido. En este caso, además, el empresario no ha tenido que pedir financiación, pero en caso de haberla tenido que solicitar también habría que considerar el coste del dinero (los intereses).

Otros supuestos que pueden darse son los siguientes:

  • El TIR es igual a la tasa mínima de rendimiento. En este caso, estaríamos en un punto de equilibrio. La inversión podría llevarse a cabo si mejora la posición competitiva de la empresa y no hay alternativas más atractivas. Es una situación que requiere un análisis más profundo de factores no financieros.
  • El TIR es menor que la tasa mínima de rendimiento. Este proyecto debería rechazarse al no alcanzar la rentabilidad mínima que la empresa exige a sus inversiones. Invertir en este escenario podría destruir valor.

Limitaciones de la Tasa Interna de Retorno

La TIR es un recurso financiero a tener en cuenta a la hora de estudiar una inversión y su rentabilidad. Sin embargo, como sucede con la mayoría de indicadores económicos, tiene una serie de limitaciones, por lo que no es recomendable tomarlo como el único criterio de selección. Entre las desventajas de la TIR, podemos enumerar:

  • La TIR debe compararse con un punto de referencia, como el coste de oportunidad de capital, para facilitar la toma de decisiones. Por sí sola, tiene un valor limitado.
  • A la hora de comparar inversiones, hay que considerar otros factores como el riesgo y la duración del proyecto. La TIR daría una visión limitada y nos podría inducir a tomar decisiones erróneas al considerar un único criterio.
  • La TIR no considera el tamaño de los proyectos. Dos inversiones pueden tener la misma TIR, pero uno puede generar más dinero en valores absolutos.
  • Otra limitación es que no tiene en cuenta algunos factores externos como la inflación, la devaluación o los ingresos extraordinarios

¿Quieres conocer cuál es la rentabilidad de una inversión? La Tasa Interna de Retorno es sin duda un magnífico recurso que te va a ayudar decidir qué hacer. Sin embargo, como acabamos de ver, tiene sus desventajas y limitaciones, por lo que hay que complementarlo con otros indicadores.

De ahí la importancia de no dejarse deslumbrar por una TIR atractiva. ¿Cuál es el tamaño del proyecto? ¿Y qué riesgos asociados implica? Si requiere un periodo de inversión de 10 años, ¿podremos afrontarlo? Y si tenemos que pedir financiación, ¿cubrirá el coste del precio del dinero prestado?

La TIR ayuda a medir la rentabilidad potencial de inversiones y a elegir aquellas que prometen los mejores resultados. Pero no es fiable al 100%. Las previsiones de flujos de caja o de inversión inicial pueden variar, por lo que es importante ser realista y no pecar de optimismo para no caer en una sobreestimación a la hora de calcular la TIR.

En este sentido, un enfoque conservador puede llevar a tomar decisiones más seguras y mitigar riesgos. Si la TIR sigue siendo atractiva en condiciones prudentes, es más probable que el proyecto sea viable incluso en escenarios adversos. 

Pero tampoco hay que excederse siendo prudentes, ya que una actitud demasiado cautelosa puede llevarnos a perder oportunidades de inversión rentables. Es importante encontrar un equilibrio y combinar la TIR con otros cálculos como el VAN, que ya hemos visto, o el periodo de recuperación de la inversión (PRI).

Al combinar la TIR con análisis de riesgo, duración del proyecto y otros factores, estaremos en una mejor posición a la hora de comparar proyectos y escoger el mejor. La próxima vez que te enfrentes a una decisión de inversión, recuerda que la TIR es un recurso de gran valor, pero es tu juicio y el análisis junto con otros indicadores los que te harán elegir la mejor opción.

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