«PRISA incrementa EBITDA e ingresos y reduce su deuda», «La farmacéutica Rovi gana 44 millones de euros y alcanza un EBITDA de 69,9 millones», «Cepsa aumenta su EBITDA hasta los 1.099 millones en el primer semestre de 2024». Estos titulares aparecidos en las últimas semanas en la prensa económica muestran la relevancia del EBITDA como indicador financiero a la hora de evaluar y medir el rendimiento de una empresa. Pero, ¿es el EBITDA un concepto reservado únicamente para las grandes corporaciones?
En absoluto. Aunque su uso es más visible en empresas cotizadas, el EBITDA es una herramienta de gran utilidad para negocios de todos los tamaños, desde pymes hasta multinacionales. ¿La razón? Ofrece una visión nítida de la rentabilidad de una empresa, independientemente de su estructura financiera, régimen fiscal o políticas de amortización.
Gracias al EBITDA, tanto inversores, analistas como los propios gerentes pueden evaluar la salud financiera y el potencial de crecimiento de cualquier negocio. Aunque no mide la liquidez de la empresa (no es su objetivo), es un dato a tener en cuenta antes de tomar una decisión. ¿Quieres profundizar en EBITDA qué es y sus implicaciones en los negocios? Vamos a ello.
Tabla de contenidos:
- ¿Qué es el EBITDA y para qué sirve?
- Ventajas del EBITDA
- ¿Cómo se calcula el EBITDA?
- ¿Qué es mejor, un EBITDA alto o bajo?
- ¿Cómo saber si el margen EBITDA es bueno?
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¿Qué es el EBITDA y para qué sirve?
El EBITDA, acrónimo de Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization (Beneficios antes de Intereses, Impuestos, Depreciaciones y Amortizaciones), es un indicador financiero que mide el beneficio bruto de explotación. Por ello, el cálculo excluye variables como impuestos, carga fiscal, gastos financieros, amortización contable o apalancamiento financiero. De este modo, el EBITDA proporciona una imagen de lo que una empresa está ganando o perdiendo en su núcleo de negocio, permitiéndonos saber si el negocio es rentable o no.
Como herramienta de gestión, el EBITDA es un cálculo de utilidad para evaluar la eficiencia operativa y la capacidad de generar efectivo sin tener en cuenta aspectos financieros y fiscales. La exclusión de estas variables le aporta un valor especial al eliminar unos datos que pueden distorsionar la comparación entre compañías.
Ventajas del EBITDA
Una de las principales ventajas del EBITDA es su capacidad para depurar el impacto que tienen las variables que hemos mencionado y que pueden tergiversar el análisis comparativo entre empresas.
Cada país tiene su propio sistema impositivo y sus políticas particulares de depreciación que tienen que cumplir las empresas. Al eliminar estos factores, el EBITDA permite comparar empresas de diferentes jurisdicciones y con diferentes activos en igualdad de condiciones al seguir un mismo criterio.
Siguiendo con las ventajas del EBITDA a la hora de comparar empresas, al no contemplar el apalancamiento, el dato tampoco tendrá en cuenta los diferentes gastos en concepto de intereses por deudas, lo que también puede desvirtuar la comparación objetiva entre compañías.
Además de estos beneficios, el EBITDA también aporta información sobre su capacidad para pagar las deudas al revelar cuánto efectivo genera la empresa. Un punto que tanto los inversores como las agencias de calificación, e incluso los bancos, pueden analizar para conocer su solvencia financiera.
No obstante y a pesar de que el dato sobre la capacidad de generar efectivo que tiene una organización es muy importante, tenemos que recordar que el EBITDA no es un indicador completo sobre la salud financiera de una empresa. Para obtener un diagnóstico global, la liquidez y el fondo de maniobra, la solvencia y otros factores también deben analizarse.
¿Cómo se calcula el EBITDA?
El cálculo del EBITDA es relativamente sencillo y se basa en la cuenta de resultados de una empresa. El proceso comienza, precisamente, con la obtención del dato referente a la cuenta de resultados, también denominado EBIT (Earnings before interest and taxes). Este término hace referencia a los ingresos obtenidos antes de que se deduzcan los intereses y los impuestos. Tras calcularlo, habrá que sumar las amortizaciones y provisiones.
De este modo y en primer lugar tendríamos que:
EBIT = Beneficio neto + Intereses + Impuestos
Con este dato, ya podremos calcular el EBITDA con la siguiente fórmula:
EBITDA = EBIT + Depreciación + Amortización
Con un ejemplo práctico, seguro que vamos a comprender mejor estas fórmulas y cálculos. Imaginémonos que la empresa «Global Communication» especializada en la publicación de medios de comunicación, información y entretenimiento tiene los siguientes datos económicos:
- Beneficio neto: 4.000.000 €
- Intereses: 500.000 €
- Impuestos: 1.000.000 €
- Depreciación: 600.000 €
- Amortización: 400.000 €
- Ingresos totales de 20.000.000 € *
*Este dato lo utilizaremos después para calcular el Margen EBITDA
Aplicando las fórmulas, obtenemos:
EBIT = 4.000.000 € + 500.000 € + 1.000.000 € = 5.500.000 €
EBITDA =5.500.000 € + 600.000 € + 400.000 € = 6.500.000
¿Qué es mejor, un EBITDA alto o bajo?
En general, un EBITDA alto es considerado como un indicador positivo en una empresa. Refleja que tiene capacidad para generar beneficios a partir de sus operaciones principales, lo que suele situar a la compañía en una mejor posición para crecer y afrontar inversiones o deudas.
En esta línea, un EBITDA alto sugiere que la empresa opera de manera eficiente, con un buen equilibrio entre ingresos y gastos. Una gestión que puede atraer a inversores y facilitar el acceso a financiación, ya que demuestra la capacidad del negocio para generar flujo de caja.
En el lado opuesto, un EBITDA bajo o negativo puede indicar problemas en la gestión como dificultades para controlar los costes o una incapacidad para generar suficientes ingresos. Si un EBITDA negativo se mantiene a lo largo del tiempo, la viabilidad de la compañía puede estar en peligro.
En el supuesto que hemos analizado anteriormente, el de «Global Communication», los datos muestran:
- El EBIT de 5,5 millones de euros refleja que la empresa es rentable antes de considerar los costes financieros e impuestos.
- El EBITDA de 6,5 millones de euros ofrece una visión aún más positiva de la capacidad de la empresa para generar efectivo a partir de sus operaciones, sin tener en cuenta su estructura financiera y fiscal, ni sus políticas de depreciación y amortización.
No obstante, es crucial contextualizar el EBITDA a la hora de comparar empresas. Uno de los puntos a tener en cuenta es que las compañías analizadas deben de ser del mismo sector y tener un tamaño similar.
Y es que un EBITDA que se considera bajo en una industria madura podría ser aceptable en un sector emergente o en empresas en fase de crecimiento donde la expansión es prioritaria sobre la rentabilidad inmediata. Además, como hemos mencionado y nunca hay que olvidar, el EBITDA debe analizarse junto con otros indicadores financieros para obtener una visión completa de la salud financiera de una empresa.
¿Cómo saber si el margen EBITDA es bueno?
Otro indicador relacionado con el EBITDA que puede ser de interés es el denominado margen EBITDA. Este mide la rentabilidad de una empresa en relación con sus ingresos totales. Para obtenerlo, hay que dividir el EBITDA entre los ingresos totales y multiplicarlo por 100 para sacar el porcentaje.
Margen EBITDA = (EBITDA / Ingresos totales) x 100
Para determinar si un margen EBITDA es bueno o malo, hay que tener en cuenta dos criterios:
- Comparación con promedios de la industria. El margen EBITDA puede variar entre sectores. Por ejemplo, las empresas tecnológicas suelen tener márgenes más altos que las cadenas de supermercados.
- Análisis de tendencias: Observar la evolución del margen EBITDA a lo largo del tiempo puede revelar mejoras en la eficiencia operativa o, por el contrario, identificar el surgimiento de problemas.
Teniendo en cuenta los datos de la empresa «Global Communication», nos encontramos con:
Margen EBITDA = (6.500.000 € / 20.000.000 €) x 100 = 32,5%
Un margen EBITDA del 32,5% es considerado como muy bueno en la mayoría de las industrias al plasmar que la empresa está generando 32,5 céntimos de beneficio operativo (antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) por cada euro ingresado. Este alto margen sugiere que:
- La empresa es capaz de controlar bien sus costes en relación con sus ingresos.
- Tiene la capacidad de fijar precios en el mercado de los medios de comunicación, lo que le permite mantener buenos márgenes.
- Cuenta con una buena posición para realizar inversiones, pagar deudas o distribuir dividendos a los accionistas.
Si lo comparamos con las empresas del sector de los medios de comunicación y teniendo que en cuenta que, por ejemplo, el grupo Prisa obtuvo un margen de ebitda del 26,2% y un Ebitda de 67 millones de euros, podríamos concluir que «Global Communication» tiene una estructura de costes más optimizada, un posicionamiento de mercado más fuerte o una oferta de productos/servicios más rentable.
Sin embargo, como hemos dicho antes, es necesario comparar entre empresas del mismo sector y del mismo tamaño. Y, en este caso, las empresas operan en niveles diferentes. Mientras que nuestra empresa tiene un EBITDA de 6,5 millones de euros, el de Prisa alcanza los 67 millones de euros, lo que quiere decir que opera a una escala mucho mayor. Por ello y a pesar de tener un margen de EBITDA menos, Prisa podría ofrecer otras ventajas competitivas en términos de alcance y poder de mercado.
El EBITDA, como hemos visto, es un dato esencial para obtener una imagen nítida de la capacidad de la empresa para generar beneficios a través de su actividad principal. Facilita la comparación entre empresas del mismo sector y tamaño, independientemente del país, y ayuda a identificar tendencias. Además, sirve como sistema de alerta temprana para identificar posibles problemas financieros. Sin embargo, el EBITDA es solo una pieza más en el complejo rompecabezas financiero que es una empresa.
En un entorno empresarial cada vez más complejo y competitivo, las pymes españolas necesitan contar con gestores preparados y las mejores soluciones digitales para llevar una buena gestión contable. Las finanzas no son solo números. Son el reflejo de la salud de cualquier compañía, por lo que su comprensión es esencial para lograr el éxito empresarial.