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ISO 31000: Todo lo que necesitas saber para gestionar los riesgos en tu empresa

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9 minutos de lectura
ISO 31000: Todo lo que necesitas saber para gestionar los riesgos en tu empresa

La gestión de riesgos es un tema clave en la actual empresarial, y la norma ISO 31000 se presenta como una herramienta esencial para afrontarlo.

Según el Informe sobre Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial, fenómenos como eventos climáticos extremos, rápidos avances tecnológicos y cambios geopolíticos están entre los mayores riesgos que enfrentan las organizaciones a nivel global. Estos riesgos afectan directamente la capacidad de las empresas para operar de manera sostenible y competitiva.

En España, el interés por la gestión de riesgos ha crecido significativamente. Estudios recientes indican que el 72% de las empresas considera la identificación y mitigación de riesgos como una prioridad estratégica. Esto es especialmente relevante en sectores regulados, como el financiero y el tecnológico, donde cumplir con normativas de privacidad de datos o sostenibilidad puede marcar la diferencia entre liderar el mercado o enfrentar sanciones.

A ti, como líder empresarial, te interesa entender los riesgos que pueden amenazar tu actividad y saber cómo gestionarlos de manera eficaz. Aquí es donde la ISO 31000 brilla por si sola. Hemos creado este artículo para que descubras cómo esta norma puede ayudarte a mejorar la sostenibilidad y el éxito de tu empresa. ¡Al lío!

Tabla de contenidos

¿Qué es la ISO 31000 y por qué es importante para tu empresa?

Cuando hablamos de gestionar riesgos en tu empresa, nos referimos a anticipar los posibles problemas que pueden surgir en tus operaciones, clientes o en el mercado en general. Y aquí es donde la ISO 31000 entra en juego: esta norma internacional proporciona un marco de referencia para identificar, analizar y manejar riesgos de manera estructurada y eficiente.

No importa si se trata de una pequeña empresa o una gran corporación, los principios de esta norma son adaptables a cualquier organización y sector.

La importancia de la ISO 31000 radica en evitar problemas y convertir la gestión de riesgos en una ventaja competitiva. Una empresa que maneja bien sus riesgos puede tomar decisiones más informadas, aprovechar oportunidades con menos incertidumbre y protegerse frente a amenazas externas (e internas).

En un tejido empresarial como el español, donde los cambios regulatorios, tecnológicos y climáticos son constantes, aplicar un enfoque estándar y efectivo para gestionar riesgos es casi obligatorio para garantizar la sostenibilidad y el éxito.

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La ISO 31000 explicada de forma sencilla

Para ponértelo fácil, la ISO 31000 es una guía que te ayuda a responder a preguntas básicas: 

  • ¿Qué riesgos enfrenta mi empresa? 
  • ¿Qué tan graves son? 
  • ¿Qué puedo hacer al respecto?

No se trata de cumplir una lista interminable de requisitos, sino de integrar una mentalidad de gestión de riesgos en tu día a día.

Los puntos clave de la norma son:

  1. Identificación de riesgos: entender las posibles amenazas en cualquier área de tu negocio, desde finanzas hasta recursos humanos.
  2. Evaluación de riesgos: analizar el impacto potencial de esos riesgos y priorizarlos.
  3. Mitigación y control: diseñar planes para reducir o eliminar los riesgos más críticos.
  4. Supervisión continua: revisar regularmente el entorno para adaptarte a nuevos riesgos o cambios.

Lo mejor de la ISO 31000 es que es flexible, puedes adaptarla a la realidad de tu empresa. Se enfoca en la práctica y no en papeleos burocráticos.🤓

¿Por qué la gestión de riesgos es clave en el entorno español?

En España, las empresas se enfrentan a un panorama cada vez más complejo. La digitalización acelerada, los desafíos del cambio climático, y la necesidad de cumplir con normativas como la Ley de Protección de Datos o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacen que la gestión de riesgos sea más importante que nunca.

Por ejemplo, un informe de EY destaca que las empresas españolas priorizan la gestión de riesgos relacionados con la privacidad de datos y la sostenibilidad, debido a las sanciones y presiones del mercado.

Además, el impacto de fenómenos globales como la crisis geopolítica y los eventos climáticos extremos afectan directamente a las cadenas de suministro y a la estabilidad operativa de las empresas locales.

Principios básicos de la norma ISO 31000

Para que realmente sea útil la ISO 31000, es fundamental entender que la gestión de riesgos no es un proceso aislado. Debe integrarse en la cultura, los valores y las operaciones diarias de tu empresa. Esto implica un enfoque proactivo, no reactivo, donde los riesgos se identifican y gestionan antes de que se conviertan en problemas.

El enfoque basado en el riesgo, que es el corazón de la ISO 31000, puede sonar técnico, pero en realidad es algo que ya aplicas, tal vez sin darte cuenta. 

🤔 Imagina a tu empresa antes de lanzar un nuevo producto, preguntando: ¿Qué puede salir mal? ¿Qué impacto tendría? ¿Cómo puedo prevenirlo? Esa reflexión es un enfoque basado en el riesgo. ¿Ves por dónde vamos?

Este enfoque identifira peligros y los evalua en función de su probabilidad e impacto. Es decir, te ayuda a priorizar tus recursos para enfocarte en los riesgos más relevantes. 

Veamos un ejemplo:

👉Si diriges una tienda online, un riesgo clave podría ser un fallo en tu plataforma de pagos.

👉En cambio, si estás en el sector de la construcción, la seguridad laboral podría ser tu mayor preocupación.

Lo importante aquí es que, gracias a este enfoque, tu gestión de riesgos no se limita a reaccionar ante problemas, sino que te prepara para prevenirlos, adaptarte y aprovechar oportunidades.

Te puede interesar 👉🏼 ¿Qué es una ISO?: Normas internacionales para la estandarización de procesos empresariales

Principios fundamentales de la ISO 31000

Esta norma establece 8 principios fundamentales que definen cómo debería estructurarse la gestión de riesgos en cualquier empresa, incluída la tuya:

  1. Crea valor: Todo esfuerzo en gestionar riesgos debe tener un propósito claro, como mejorar tu reputación, optimizar procesos o proteger tus activos.
  2. Parte integral de tu empresa: No se trata de un proceso separado; la gestión de riesgos debe integrarse en tus operaciones y decisiones estratégicas.
  3. Basada en la mejor información disponible: Para tomar buenas decisiones, necesitas datos actualizados y fiables.
  4. Es personalizada: No todas las empresas enfrentan los mismos riesgos, por lo que debes adaptar las herramientas y estrategias a tus necesidades específicas.
  5. Considera factores humanos y culturales: El comportamiento y la cultura organizativa influyen en cómo se perciben y gestionan los riesgos.
  6. Es dinámica y reactiva: El panorama de riesgos cambia constantemente, por lo que tu enfoque debe ser flexible y capaz de evolucionar con el tiempo.
  7. Se basa en la mejora continua: Siempre hay margen para aprender y perfeccionar tus procesos de gestión de riesgos.
  8. Toma en cuenta la incertidumbre: Los riesgos no siempre son predecibles. La norma te ayuda a manejar incluso lo inesperado.

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Beneficios de la ISO 31000 en tu empresa

La aplicación de la norma ISO 31000 aporta beneficios tangibles a empresas de todos los tamaños y sectores. Mejora de la toma de decisiones y el cumplimiento normativo, ayudándote a gestionar riesgos de forma proactiva y estratégica. ¿El resultado? Una empresa más resiliente, confiable y preparada para enfrentar desafíos.

1. Reducción de incertidumbre y toma de decisiones más seguras

Estarás con nosotros en que las decisiones basadas en la intuición pueden ser arriesgadas. Pues esta ISO te proporciona un enfoque estructurado para identificar, analizar y evaluar los riesgos antes de tomar decisiones importantes. Esto significa que, en lugar de actuar ante problemas cuando ya han ocurrido, puedes anticiparte y minimizar el impacto de posibles incertidumbres.

2. Mejora de la confianza de clientes, empleados y socios

La confianza es un activo esencial. Cuando tus clientes, empleados y socios ven que tienes un enfoque sólido para gestionar riesgos, perciben a tu empresa como más profesional, fiable y comprometida.

La confianza construida mediante una buena gestión de riesgos puede convertirse en un diferenciador competitivo clave, especialmente en sectores donde la transparencia y la seguridad son esenciales.

Por ejemplo:

  • Clientes: Una gestión efectiva de riesgos mejora la calidad de tus productos o servicios, reduce la posibilidad de interrupciones y fortalece la fidelidad del cliente.
  • Empleados: Tus trabajadores se sentirán más seguros en un entorno donde los riesgos laborales se gestionan adecuadamente, lo que puede mejorar la moral y la productividad
  • Socios y proveedores: Al demostrar un control sólido sobre los riesgos, es más probable que otros negocios quieran colaborar contigo, ya que minimizas los riesgos conjuntos.

3. Cumplir con normativas legales y evitar sanciones

España cuenta con regulaciones estrictas en áreas como protección de datos (GDPR), sostenibilidad, y seguridad laboral. No cumplir con estas normativas puede resultar en sanciones económicas, incluso en daños reputacionales que pueden afectar gravemente a tu negocio.😱

📌 Si lo que buscas es proteger la calidad de tu empresa 👉🏼 Lee este articulo sobre la normativa ISO 9001

Cómo implementar la ISO 31000 en tu empresa

La buena noticia es que implementar la ISO 31000 no requiere cambios drásticos ni costosos, pero si una adaptación estratégica para convertir la gestión de riesgos en una parte integral de tu empresa. Con un enfoque práctico y organizado, puedes empezar a beneficiarte de esta norma rápidamente. Te dejamos los pasos para empezar: 

Paso 1: Evaluar los riesgos existentes en tu negocio

Antes de hacer cualquier cambio, necesitas saber qué riesgos enfrenta tu empresa. Esto implica:

  • Identificar riesgos potenciales: Examina todas las áreas de tu negocio: operaciones, finanzas, tecnología, recursos humanos y más. Considera también factores externos como cambios legislativos o económicos.
  • Analizar su impacto y probabilidad: Prioriza los riesgos según su gravedad y la probabilidad de que ocurran. Herramientas como una matriz de riesgos pueden ser muy útiles para visualizar esta información.
  • Revisar incidentes pasados: Aprende de eventos anteriores para identificar patrones y áreas de mejora.

Paso 2: Diseñar un plan de acción adaptado a tus necesidades

Con los riesgos identificados, el siguiente paso es crear un plan para gestionarlos de manera efectiva:

  • Medidas preventivas: Acciones para reducir la probabilidad de que ocurra un riesgo. Por ejemplo, actualizar tus sistemas tecnológicos para evitar ciberataques.
  • Planes de contingencia: Estrategias para mitigar el impacto si un riesgo se materializa. Por ejemplo, contar con seguros específicos o proveedores alternativos.
  • Responsabilidades claras: Define quién será responsable de cada acción y asegúrate de que los roles estén bien asignados.

Recuerda que este plan debe ser flexible y revisado regularmente, ya que el panorama de riesgos puede cambiar.

Paso 3: Formar a tu equipo y establecer una cultura de gestión de riesgos

La gestión de riesgos no es tarea de una sola persona; requiere un compromiso de toda la organización. Para ello:

  • Forma a tu equipo: Ofrece capacitación específica para que todos entiendan qué es la ISO 31000, cómo aplicar sus principios y por qué es importante.
  • Involucra a los líderes: La dirección debe dar el ejemplo y demostrar su compromiso con la gestión de riesgos.
  • Fomenta la comunicación: Establece canales abiertos para que los empleados puedan informar sobre riesgos sin temor a represalias.

Cuando la gestión de riesgos forma parte de la cultura empresarial, los procesos son más efectivos y la implementación de la norma es sostenible a largo plazo.

Diferencias entre la ISO 31000 y otras normas de gestión de riesgos

Aunque la ISO 31000 es una de las normas más reconocidas en la gestión de riesgos, no es la única. Otras normas internacionales, como la ISO 9001 o estándares específicos de sectores como el financiero, también abordan riesgos, pero desde enfoques y objetivos diferentes. Entender estas diferencias es clave para saber cuál es más adecuada para tu empresa.

Te dejamos esta tabla comparativa apra que veas todas las opciones: 

Norma/Marco Objetivo  Ámbito de aplicación Certificación
ISO 31000 Proporcionar un marco flexible para identificar, analizar y mitigar riesgos en general. Aplicable a cualquier tipo de riesgo en cualquier organización, sector o tamaño. No certificable. Sirve como guía flexible.
ISO 9001 Gestionar y mejorar la calidad, incluyendo la gestión de riesgos como componente. Enfocada en procesos relacionados con la calidad de productos y servicios. Certificable, ampliamente reconocida.
COSO ERM Integrar la gestión de riesgos en la estrategia organizativa y financiera. Mayor aplicación en empresas del ámbito financiero y empresarial global. No certificable, pero auditable.
ISO/IEC 27005 Gestionar riesgos en seguridad de la información, especialmente para datos sensibles. Ideal para empresas que manejan información crítica y necesitan cumplir normativas. No certificable directamente.
ISO 45001 Minimizar riesgos en la salud y seguridad laboral. Centrada en entornos laborales para reducir accidentes y garantizar condiciones seguras. Certificable.
PMBOK Gestionar riesgos en proyectos específicos. Enfocado exclusivamente en riesgos asociados a la gestión de proyectos. No certificable.

¿Es la ISO 31000 certificable?

Aunque ya te lo hemos adelantado al comienzo del artículo, uno de los aspectos que diferencia a la ISO 31000 de otras normas es que no es certificable. Esto puede generar dudas si estás buscando demostrar formalmente que tu empresa cumple con estándares de gestión de riesgos.

Sin embargo, la razón principal detrás de esta decisión es que la ISO 31000 está diseñada como una guía flexible para mejorar la gestión de riesgos, no como un conjunto de requisitos estrictos para auditar o certificar.

¿Qué reconocimiento tiene la ISO 31000?

Aunque no es certificable, la ISO 31000 es ampliamente reconocida como el estándar internacional de referencia para la gestión de riesgos. Esto significa que puedes utilizarla para implementar un enfoque sólido y estructurado, independientemente del tamaño, sector o ubicación de tu empresa.

La ausencia de certificación no disminuye su valor; al contrario, te permite:

  1. Adaptarla a tus necesidades específicas: No necesitas cumplir con requisitos fijos, sino que puedes ajustar sus principios y procesos a la realidad de tu negocio.
  2. Enfocarte en la práctica más que en el papeleo: Al no ser certificable, la prioridad es mejorar la gestión de riesgos, no cumplir con auditorías formales.
  3. Demostrar compromiso de forma alternativa: Aunque no obtendrás un certificado, puedes integrar la ISO 31000 en tus políticas internas y compartir con clientes y socios que sigues este estándar reconocido.

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